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¡Un enigma de la humanidad que permanece sin respuesta hasta hoy!
¡Y, sin embargo, cuántos científicos e investigadores se han ocupado constantemente de este tema! Darwin elaboró la teoría de que el ser humano y el mono tendrían un ancestro común. Pero dicha afirmación carece de fuerza de convicción; en caso contrario, Darwin no habría seguido buscando el “eslabón perdido” entre el ser humano y su supuesto ancestro. Tampoco es fácil imaginar que el ser humano – creado, según la Biblia, a semejanza de Dios – hubiera podido encarnarse en un peludo cuerpo de animal.
Consecuentemente, podemos afirmar que debe haber existido un animal extraordinariamente desarrollado que reunía todas las capacitaciones necesarias para el advenimiento del ser humano. El presente libro narra sobre estos ennoblecidos animales que eran los Babales.
A medida que reflexiona sobre los primeros seres humanos, la autora va describiendo las cunas de la humanidad, las regiones de su origen y su formación en una época que se remonta a tres millones de años. ¡Sí, tres millones de años! Pues también según la ciencia actual, el origen del ser humano en la Tierra es, conforme a los descubrimientos arqueológicos más recientes, muy anterior a lo que se admitía hasta hace poco tiempo. Dichos hallazgos, igualmente, han demostrado la veracidad de las descripciones de la autora en el presente libro.
SOBRE LA AUTORA
Roselis von Sass
Roselis von Sass (1906-1997), nacida en Austria, pasó su infancia en Europa, donde hizo sus estudios. Aún joven, se trasladó a Brasil, donde se radica y establece su residencia en los alrededores de la ciudad de São Paulo.
El aspecto más profundo de la existencia, con sus enseñanzas, fue siempre el principal objetivo de esa extraordinaria escritora. Muy tempranamente su alma sensible aprende a discernir la realidad de las apariencias, concluyendo que: "No es el lugar en que nos encontramos ni las exteriorizaciones que tornan felices a las personas; la felicidad proviene del íntimo, de aquello que el ser humano siente dentro de sí mismo".
Todo lo que sucedió en el transcurrir del tiempo permaneció registrado y guardado. Nada se perdió. Se puede decir también que toda la vida humana, que se inició hace millones de años, fue filmada y archivada hasta que todos los destinos humanos se cumplan en la ley de la justicia divina.
La autora poseía, como característica notable de su personalidad, el don de escrutar ese pasado, relatando la extensa tejedura de acontecimientos que quedaron grabados en el gran libro del vivir humano.
Su vida laboriosa y fecunda fue siempre dirigida por el "amor". Amor a la naturaleza con todas sus criaturas; amor a los seres humanos y, principalmente, un profundo y fiel amor al Creador.
